viernes, 28 de abril de 2017

William Tompkins: La Batalla de los Angeles





Tompkins: En Febrero de 1942, vivíamos en una casa muy grande que había sido convertida en cuatro apartamentos - dos arriba y dos abajo.

Teníamos una enorme gran terraza que corría por todo el camino de edificio con un techo realmente alto. Así que, estábamos a cuatro cuadras del mar, ¿de acuerdo? No podemos ver el mar, porque está hacia abajo y hay árboles en el camino.

Así que mi hermano y yo estamos acostados en el suelo escuchando la radio y mirando unos papeles, y mi padre dice: "¡Vengan aquí – a la terraza! ¡Vengan aquí AHORA! "Y nos levantamos y nos fuimos a la terraza de atrás.”

Así que justo por encima del horizonte de todos los árboles, cosas y edificios está este punto - un punto blanco. Sólo está allí. Y tiene que ser alguno de los aviones en vuelo viniendo a aterrizar a la base aérea, pero no se está moviendo. Es sólo un punto brillante.

Y fuera de este punto, a la izquierda, hay un rayo pequeño. Es como un haz de rayos, pero se puede ver.

Esto está sobre el océano, tal vez dentro del rompeolas, porque no podíamos ver el mar, y no sabemos lo lejos que está. Podrían haber sido unas 10 millas. ¿Qué es eso?

 Así que estamos observando durante unos cinco minutos, y luego hubo un destello - un destello brillante en los ojos.

Se iluminaron los árboles, en la parte posterior, por el lado de - todo se iluminó.

Y se fue.


Y miramos y miramos y miramos, y todo había desaparecido – sin más. Así que nos fuimos a la cama.

A las 12:30 de la noche, los cañones antiaéreos comenzaron a disparar. Lo que estamos hablando es de esta fantástica situación, el evento de Los Ángeles - la batalla de Los Ángeles, ¿de acuerdo?


Los cañones antiaéreos todos comenzaron a disparar.


Vamos afuera. Aquí está esta cosa masiva justo encima de nosotros esta gran [Bill mantiene sus manos alrededor de 3 pies. aparte] - justo encima de nosotros, tal vez a 7.000 pies.

Los proyectiles antiaéreos están soplando para arriba en el fondo de todo a su alrededor. Hay ocho reflectores enfocados a todo esto como que están disparando contra él.


Y, por supuesto, no pasa nada. Y se estaciona allí durante una hora y media. Mientras está estacionado, cientos de diferentes tipos de vehículos - la mayoría de ellos circulares, pero algunas, las más grandes en forma de cigarro - entraron por debajo, disparándole todavía tratando de derribarla.


Llegaron a su alrededor. Llegaron sobre él - durante toda la noche.

Ahora, era aburrido después de un rato, así que nos fuimos a la cama a las 03 a.m. No sé cómo se vuelve aburrido, ¿de acuerdo? Fuimos a la cama a las 03 a.m.

Ahora, cuando comenzó, todo el mundo salió fuera. Todos nosotros estábamos de pie allí mirando este evento.

Ahora, lo que no fue publicado fue que el rompeolas estaba lleno de buques de la Marina que dispararon toda su munición durante ese período de cinco horas - no sólo la artillería costera fue la que disparó toda su munición, ¿de acuerdo?

Las dos marinas del Pacífico, la Marina del Este y la Marina Occidental, agotaron todas sus municiones.

Finalmente abortaron, por supuesto, justo antes de que la luz del día, y todos volvieron a entrar.

Pero desde el punto de vista de todos nosotros que estábamos ahí viendo esto, nadie tuvo un ataque cardíaco. Nadie se enfermó. Nadie se asustó. Nadie se atemorizó.

En el otro lado del planeta, Londres, estaba siendo bombardeada por los alemanes. Y están tratando de entrar en los refugios.

Tuvimos una guerra de cinco horas, excepto que no nos dispararon a nosotros. Pero nadie se enfermó. Las únicas personas que estaban realmente heridas era de metralla. Un par de chicos en realidad murieron.

Casi un millón de personas en California observaron un evento de cinco horas de un grupo de combate masivo extraterrestre que vino de California con una misión.




La batalla de los Angeles - Ovnis en 1942


La Batalla de Los Ángeles es el nombre dado por las agencias de noticias contemporáneas al avistamiento de uno o más objetos voladores no identificados (OVNIS) que tuvo lugar a finales de febrero, entre el 24 y el 25 de de 1942, de la que existen informes de testigos presenciales asegurando de uno o más objetos desconocidos sobre Los Ángeles California, provocó una masivo ataque de artillería antiaérea.

La noche del 24 al 25 de febrero de 1942 discurrió con normalidad pero, a primera hora de la madrugada, los radares detectaron un objeto indeterminado a unos doscientos kilómetros al oeste de Los Angeles. Las baterías antiaéreas de la costa esperaron la llegada del supuesto avión enemigo, pero al cabo de unos minutos el radar informó de que el objeto había desaparecido de la pantalla sin dejar rastro.

Aún así, algunos vigías comunicaron avistamientos de «aviones enemigos» a lo largo de la costa de Los Angeles, pese a que el radar no los detectaba. Finalmente, a las 2.25 de esa madrugada tan poco plácida, una formación de aparatos sin identificar estaba a punto de irrumpir en el cielo de Los Angeles. Inmediatamente, las sirenas comenzaron a sonar y fueron llamados urgentemente 12.000 vigías aéreos para que se incorporasen a sus puestos de observación.

En un primer momento todos creyeron que se trataba de un simple simulacro, pero poco más tarde quedó claro que no era así, al entrar en acción las baterías antiaéreas. Los reflectores apuntaron al cielo y descubrieron la presencia de unos objetos plateados que se movían a altitudes de entre 3.000 y 6.000 metros. La velocidad de estos aparatos era sorprendentemente lenta para tratarse de aviones militares; aproximadamente unos trescientos kilómetros porhora.

Un millón de habitantes del sur de California sufrió durante cinco horas un apagón eléctrico que no ayudó a que recuperasen la calma aunque, para alivio de los perplejos habitantes de Los Angeles, ninguna bomba caería sobre la ciudad. Este hecho, unido a que la Marina confirmó que no había detectado ningún avión enemigo, descartó en principio a los japoneses como responsables del incidente.

¿Cuántos aparatos participaron en esa operación aérea?
Las cifras varían entre los 27 que contaron algunos testigos y los 15 del informe oficial, pero también hubo quien dijo no haber visto ningún avión. Tampoco existen coincidencias en la descripción de estos artefactos. Miles de testigos vieron en la costa «grandes bolsas que flotaban en el aire», mientras que otros observaron tan sólo unas extrañas luces rojas en el horizonte que realizaban vuelos en zigzag. Hubo testigos en Los Angeles que dijeron haber visto una gran máquina, suspendida en el aire, contra la que nada podían hacer los proyectiles que le disparaban las baterías antiaéreas; poco después, lentamente, la misteriosa máquina se marchó siguiendo la línea de la costa.

Una fotografía (la que acompaña a este articulo) que apareció en el diario Los Angeles Times el día 26 hizo aumentar aún más la confusión, puesto que parecía advertirse, iluminado por los proyectores, un objeto circular. Si, aparentemente, no se trataba de un avión, ¿qué era en realidad? La prensa californiana denunció una «misteriosa reticiencia» de las autoridades militares para hablar del asunto y algunos se atrevieron a acusarles de haber establecido «una censura que impedía hablar sobre ello».

Al concluir la Segunda Guerra Mundial, el bombardeo fantasma de Los Angeles quedó ratificado por un documento militar secreto, que no sería desclasificado hasta 1974, firmado por el comandante en jefe de las Fuerzas Aliadas, el general George C. Marshall, y enviado al entonces presidente norteamericano, Franklin D. Roosevelt. El general Marshall fue el encargado de redactar el informe sobre el enigmático bombardeo de Los Angeles. En él reconocía no saber su origen.

Si algo evidencia este informe redactado por el general Marshall es que, en realidad, nadie tenía ni idea de lo que había ocurrido esa noche. El hecho de culpar de la acción a unos supuestos agentes enemigos, que habrían sobrevolado Los Angeles a bordo de aparatos comerciales, demuestra que Marshall debía encontrar rápidamente una explicación al incidente y apostó por esa historia tan inverosímil. En efecto, para proporcionar una historia capaz de dar respuesta a todos los interrogantes que se habían creado, se dijo que se trataba de aviones comerciales que habían sido tomados por infiltrados nipones en algún aeródromo mexicano o de la propia California. De este modo se eludía el hecho de que la Marina no hubiera detectado ningún avión enemigo procedente del Pacífico.

Restando cualquier tipo de credibilidad a esta absurda historia, ¿cómo se explica lo sucedido en Los Angeles? Aunque probablemente nunca se sepa la verdad con exactitud, sólo se pueden apuntar algunas hipótesis.

Fuentes: http://www.nowtilus.com/descargas/E_M_II_GM.RCNowtilus.pdf, http://es.spherebeingalliance.com/ youtube 
Antonio Cisneros

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