sábado, 20 de septiembre de 2008

El hombre no desciende del mono ni del homínido

Aseguran que la parte más importante del ADN humano no es "de este mundo" (el 97%)

Leendanik: una visión sobre el Génesis del Hombre 


Esto que vais a leer a continuación es un texto sobre el origen del 
Hombre escrito por Alman en base a las teorías del investigador de 
origen sirio Alexander Eleazar, con quien tuvo la oportunidad de 
trabajar. Leendanik es un conjunto de escritos que durante años Alman 
ha ido recopilando de varias fuentes de información: la principal es 
las charlas que he tenido con Eleazar en solitario y de otras dadas a 
grupos reducidos, otras provenientes de las deducciones lógicas y del 
razonamiento aplicado a todo el relato y la última (y para él muy 
importante) la que de forma fluida ha ido recibiendo a través de 
revelaciones internas. Eleazar, tres años antes de su muerte, pudo 
leer un borrador de estos escritos ordenados cronológicamente a los 
que Alman bautizó como Argidazkia. 

Alexander Eleazar después de corregirlo se permitió ponerle el título 
de "Desde el Principio" que es lo que significa Leendanik en lengua 
Elengoa. 

Es la primera vez que se publica esto y Alman se lo cede en exclusiva 
a los lectores de Trinity a Tierra. Es posible que lo publique algún 
día pero de momento, aquí podemos leer algo del contenido de esa obra 
llamada "Leendanik" con las explicaciones que amplían su comprensión. 
Como ya le he dicho, esto es un lujo para nosotros y le doy las 
gracias a Alman desde aquí por ofrecernos en exclusiva este contenido. 
Además de los múltiples relatos sobre el origen del hombre que 
aparecen en las culturas tradicionales de todo el planeta Tierra, en 
occidente han surgido varias teorías tales como la teoría creacionista 
basada en lo reflejado en el Antiguo Testamento, la darwinista, 
larmarquiana, mendeliana, el neodarwininismo y la síntesis evolutiva 
moderna. Todas ellas giran, o bien entorno a la idea creacionista de 
Adán y Eva, como fruto de la acción de Dios, o a la de Darwinismo con 
adaptaciones y enmiendas propias a cada una, según la cual somos un 
producto de la evolución en la Tierra de un eslabón perdido pariente 
de los grandes simios. A mi no me convence ninguna las dos. Esta 
visión que Alman nos ofrece aquí es bien distinta a las que conocemos, 
pero contiene "algo". Hay que recordar que cada día sabemos de 
sorprendentes descubrimientos en genética que ponen en tela de juicio 
el mismo origen terrestre del ser genoma humano. Un reciente 
descubrimiento de un grupo que trabaja en el Genoma Humano liderado 
por el Dr. Chang asegura que el 97% de las secuencias no codificadas 
del ADN humana es código genético de formas de vida extraterrestre y 
aseguran que la parte más importante del ADN humano no es "de este 
mundo" de manera que, como en tantas otras cosas, hay mucho que 
desconocemos sobre nuestro origen. Se mire como se mire y en cualquier 
caso, el relato que nos ofrece Alman es singular y su lectura muy 
recomendable. 

El Génesis del Hombre 

Nosotros somos los artífices de nuestro destino y la vida solo es un 
plano de manifestación donde hacemos realidad nuestras aspiraciones, 
sean estas de la naturaleza que sean. Pero hemos de tener en cuenta en 
añadir a este axioma otro que especifica que aquello que tiene mayor 
fuerza arrastra hacía su centro de gravedad a lo más débil. Ello 
significa, que si bien somos artífices de nuestro destino éste se 
puede ver determinado por fuerzas superiores a nuestra voluntad. Una 
fuerza o energía posee su propio foco de atracción, su centro de 
gravedad. Para que esta energía crezca debe atraer hacía sí otros 
núcleos de gravitación. Es así como nacen grandes centros de fuerza e= 
el universo de las manifestaciones que generan poderosas líneas de 
atracción y producen tendencias que determinan el destino de quienes 
caigan dentro de su campo de energía. El alma del hombre tiene 
libertad de acción que, no obstante, se ve condicionada por fuerzas 
superiores. Por eso el libre albedrío es pero no puede aplicarse sino 
desde una posición de fortaleza energética. El hombre, analizado bajo 
su aspecto meramente físico es una sofisticada máquina biológica que 
ejerce el propósito de vehículo para ser comandado por un ente 
incorpóreo. Explicado de otra manera: el hombre, en su dimensión 
física, es un vehículo de expresión de entidades no físicas. Creer =ue 
el hombre es SOLO su cuerpo físico es tener una concepción miope y muy 
limitada de la realidad. Por tanto: el cuerpo humano está comandado 
por un espíritu transfísico. Reducir toda nuestra capacidad creativa e 
inteligente al producto de meros procesos cerebrales no es acertado y 
la ciencia ya empieza a vislumbrar que se necesita de la concepción 
"espiritual" para poder explicar muchos de los procesos de nuestro 
cerebro que hoy por hoy son incomprensibles. El hombre, como entidad 
biológica, es una creación inteligente llevada a cabo por unos seres 
que, en un momento determinado de su bagaje histórico, decidieron 
hacerse presentes en el plano vital de existencia que comúnmente 
conocemos como el Cosmos. No fue el hombre el único ente vivo que 
crearon, desde luego dieron vida a numerosas especies antes de llegar 
a lo que ellos declararon como su "obra más perfecta", que eligieron 
para transmigrar sus almas. Pero antes de extendernos en explicar esto 
con más detalle debemos relatar, aunque sea brevemente, quienes son 
estos seres que crearon al hombre y cuales sus motivaciones. Voy a 
citar el libro titulado Leendanik donde se expone todo esto. Recordaré 
unas líneas: 

3 También existía una estirpe de seres de gran inteligencia y alma 
desarrollada. Su ciencia era excelente, inmensa. Vivían y se movían a 
través del Cielo infinito. 

4 Aquellos seres prosperaron en saber, riqueza y paz, empero, tenían 
un aspecto que ellos consideraban horrible, deforme. 

5 Esta deformidad física les molestaba sobremanera y se esforzaban en 
encontrar el modo de transformar su aspecto y mejorarlo hasta alcanzar 
la perfección. 

6 Después de varios intentos comprobaron que, cogieran el aspecto que 
escogieran, su imperfección seguía latente. Querían un cuerpo 
incorruptible, inmortal, ajeno al dolor y a las necesidades… Anhelaban 
liberarse de las cadenas impuestas por el espacio y el tiempo. 

7 Así que, tras muchos intentos decidieron que la forma más perfecta 
que podían asumir era la ausencia de cuerpo material tomando el estado 
de Alma. 

Se entiende que la forma física de estos seres era deforme y vamos a 
explicar en que se fundamenta la misma. Los aspectos físicos que les 
preocupaban eran varios y todos tenían que ver con una mayor 
resistencia física, adaptabilidad al medio y, sobre todo una 
longevidad que se acercase a la vida eterna, buscando la regeneración 
constante de todas sus células y sistemas vitales. Este es el tipo de 
"deformidad" a la que se refiere el texto y no a que sus cuerpos 
sufriesen de otros tipos de taras. Sin embargo, su físico no era como 
el humano y, a nuestros ojos, su aspecto sí que nos parecería deforme. 
Es por esto, que el escritor utiliza con un doble sentido la palabra 
"deformidad", aunque hay que dejar claro que esta se refiere a las 
limitaciones de fuerza, resistencia, capacidades psíquicas y 
longevidad y no al aspecto meramente físico. Para ellos, su aspecto 
físico, aunque mejorable, era en esencia el aceptable. ¿Pero qué 
aspecto físico tenían?… Pues estamos hablando de seres que existieron 
hace varios millones de años atrás, pertenecientes a las primeras 
oleadas de manifestación de la vida procesadas por el núcleo creador 
de nuestra galaxia y por tanto, su aspecto nos recordará mucho a 
algunas especies de reptiles que podemos ver en la actualidad y a la 
de ciertos saurios hoy desaparecidos añadiendo otras características 
que poseen otros animales no reptoides. Pero no dejemos volar nuestra 
imaginación visualizando extrañas criaturas al estilo que nos tienen 
acostumbrados los estudios de cine cuando nos representan a 
monstruosos alienígenas. Decir que eran semejantes a los reptiles no 
es tampoco una descripción acertada y, por lo tanto, a falta de un 
ejemplo mejor solo podremos admitir que se parecían a ellos en 
algunos de sus aspectos. A mi entender, el semblante físico de estos 
seres se asemejaba a nuestros reptiles actuales pero ya no lo es en la 
actualidad, aunque dejasen esa impronta en el desarrollo del ADN 
humano como fundamento de los procesos más esenciales de supervivencia 
de la nueva especie creada. En este núcleo "reptil" se procesan los 
instintos básicos de conservación y de preservación de la especie as=ED 
como los procesos de defensa y motrices. Cabe añadir que esta 
característica no es exclusiva del hombre, sino que la poseen 
numerosos animales también. Hoy se habla de la "conspiración 
reptiliana" y de la invasión de la Tierra por una especie alienígena 
de aspecto reptil que ha tomado como rehén al hombre y pretende 
controlarlo en todos sus aspectos. Según estas hipótesis, hace miles 
de años, nuestro ADN original fue manipulado para despojarnos de 
numerosas cualidades y capacidades tanto físicas como psíquicas con el 
fin de hacernos criaturas casi estúpidas y manejables para que, de 
este modo, no opusiéramos resistencia ante la invasión de estos seres. 
Según nuestro concepto de ver las cosas, y lo hacemos a la luz de lo 
que nos explican algunos cronicones antiguos poco o casi nada 
conocidos, el asunto puede expresarse de otro modo: el hombre es una 
Creación de unos seres incorporales con el único cometido de 
convertirse en vehículo de manifestación física de sus almas. Se hizo 
lo más perfecto posible al inmenso conocimiento que poseían sus 
Creadores pero, desde luego, no era la perfección total. El relato de 
la creación del hombre explica que nuestros creadores idearon una 
cápsula espermática capaz de manifestarse de un cosmos no físico a un= 
físico. Esto se pudo llevar a cabo a través de una sofisticada 
modulación de ondas de vibración que al traspasar los diferentes 
planos de manifestación cósmica deberían replegarse sobre si mismas 
encerrándose en una cápsula polígonal. Sólo de este modo la Energ=EDa 
inmanente en el TODO puede convertirse en algo "tangible" en el cosmos 
físico. La materia es, en último extremo una onda atrapada en un 
circuito cerrado, en un círculo-contenedor cuyas paredes están hechas 
de corrientes poligonales. 

Seguimos con el relato del Leendanik: 

8 Y eso es lo que hicieron todos. Abandonaron voluntariamente los 
cuerpos quedándose con su aspecto Alma. Entonces con aquel vehículo 
existencial ya no tenían que comer, ni hacer necesidades. No 
envejecían, ni sentían dolor, ni cansancio. 

9 Eran libres de todas las limitaciones que impone la posesión de un 
cuerpo en la dimensión del espacio y del tiempo. Ya no necesitaban 
reproducirse para preservar la especie, ni hacer el amor. Ahora eran 
entes pensamiento, inteligencias libres. 

10 Todos vivían en concordia y se comunicaban entre ellos mediante una 
suerte de transmisión mental. Todos, en su multiplicidad formaban una 
perfecta Unidad en la que se movían y pensaban al unísono. Se sentían 
dichosos -en principio- por haberse liberado de sus envolturas 
corporales. 

"Y eso es lo que hicieron todos" significa y "eso es lo que hicieron 
todos (los que lo hicieron)", es posible que un número indeterminado 
de ellos decidiesen seguir otro camino y continuar en el plano de 
manifestación de la vida. En cuyo caso "los Antiguos" o "los Aitones" 
como nosotros coloquialmente les llamamos siguieron dos caminos de 
evolución. Sin embargo, no queda claro donde fueron o qué región del 
extenso firmamento habitan los que decidieron quedarse. Ni tan 
siquiera se sabe que vicisitudes siguieron después. Pero lo más 
importante es el hecho de que este remanente que decidió no partir a 
la región de la no manifestación puede ser el nexo espiritual que nos 
queda entre el origen primigenio y nuestra especie humana. El 
remanente, al menos en el momento que ocurrieron estos 
acontecimientos, no debió de ser muy elevado. Los textos antiguos 
prefieren no hablar con demasiado detalle de todo esto, entendiendo 
que "los Antiguos" están físicamente aquí, en algún lugar del Unive=so 
y que tal vez nos observen con suma atención intuyendo que entre ellos 
y nosotros hay un mismo espíritu que nos anima. Desde luego, la 
mayoría decidieron desencarnar y dirigirse al Cosmos transfísico donde 
gozarían de vida eterna y carecerían de necesidades y de sentimientos 
de dolor. ¿Quién podría resistirse a tal estado de bienaventuranza? 
Luego, se dieron cuenta de que la añoranza acechaba sus corazones y 
empezaron a echar de menos la vida tal y como en otros tiempos la 
habían conocido… 

11 Más, con el transcurso del tiempo empezaron a sentirse deprimidos, 
tristes, faltándole algo en sus existencias. 

12 Pensaron meditadamente sobre la causa de su malestar. Y supieron 
cual era el origen de sus males: les faltaba el amor, la unión entre 
los sexos, el juego de la atracción y los sentimientos que se 
producían en la búsqueda de ese amor. Pero también estaba la vida, co= 
todas sus experiencias, esfuerzos, aventuras y el afán de superación. 

13 Se dieron cuenta que, al despojarse de sus cuerpos físicos habían 
renunciado a algo que -en aquel entonces- les pareció banal, 
superfluo. Ahora, tras perderlo, les hacía sentirse incompletos, 
vacíos. 

14 Así que tras analizar la situación en búsqueda de una solución, 
decidieron volver a tomar forma corporal. Pero antes debían pensar que 
modelo material desarrollar y encontrar el modo de reproducir la nueva 
especie de seres en los cuales tomar vida. Para volver a 
incorporizarse podrían haber elegido a "los Antiguos" que quedaron en 
la materia. Sin embargo, los consideraron "defectuosos" sin duda por 
las vicisitudes que estos sufrieron después de las cuales tampoco 
sabemos demasiado. Cabe la posibilidad de que se implicasen en la 
"búsqueda de un cuerpo perfecto e incorruptible" y sus 
experimentaciones les llevasen a sufrir daños fundamentales en su ADN 
o tal vez consiguieron su propósito y emigrasen a otra parte del 
inmenso Cosmos. Preferimos no hacer conjeturas al respecto a falta de 
más información. La cuestión es que Ellos, los creadores del hombre 
decidieron moldear una criatura acorde a sus pretensiones en la vida. 

15 Hicieron varios ensayos y probaron diferentes configuraciones 
energéticas hasta que diseñaron un modelo de vehículo existencial al 
gusto y de acuerdo a sus necesidades. De esta manera idearon la imagen 
del Hombre Original. 

16 Y aquel fue comprimido en numerosas cápsulas de simiente-energía 
con el vehículo espermático dotado del modelo de vida a desarrollar. 
Luego, siguiendo el proceso de reproducción ideado se dispersaron 
todas aquellas semillas por una de las regiones de la Creación 
manifestada con el fin de que, introduciéndose en las matrices de 
diferentes criaturas, tanto vegetales como animales, estas 
consiguieran su germinación haciendo así prosperar el Modelo. Como he 
dicho antes, el hombre no es la única criatura que idearon antes. 
Previamente experimentaron con criaturas sencillas en principio, para 
ir sofisticando las formas y las cualidades después. De sus muchos 
experimentos también se produjeron engendros que finalmente fueron 
destruidos. Cuando, finalmente habían acertado con el modelo, lo 
cristalizaron en el Cosmos físico. Necesitaron crear una 
cápsula-simiente que fuera capaz de parasitar en otros modos de vida 
para poder reproducirse. Entonces, esa cápsula-simiente era 
propiamente y tal y como lo conocemos ahora: un virus. Cuando se habla 
de virus enseguida se piensa en algo "maligno" pero lo cierto es que 
existen numerosas formas virales que no lo son ya que no destruyen a 
la célula o ser parasitario sino que lo mutan o simplemente lo 
utilizan en parte para reproducirse. Este "virus" debía conseguir su 
objetivo mutando total o en parte a diferentes especies animales o 
vegetales que sirviesen de receptáculo o placenta para la primera 
inseminación. 

21 Las semillas -cuando ello les fue posible- aprovecharon las 
particulares estructuras biológicas y genéticas de los entes vivos en 
los cuales se inseminaban intentando así desarrollar el Modelo del 
Hombre Original. Estas cápsulas simientes que portaban el ADN del 
hombre original viajaron a través de una extensa región de nuestra 
galaxia para conseguir su objetivo. Al parecer consiguieron 
reproducirse en diferentes mundos, pero en muchos de ellos apenas 
pudieron subsistir, se degeneraron o sufrieron graves defectos en su 
desarrollo. Al parecer, solo en tres mundos las semillas (androvirus) 
del Hombre Original pudieron prosperar, siendo uno de ellos nuestra 
Tierra. Por cierto, en nuestro mundo, el proceso fue muy variado y el 
modelo del hombre original solo se desarrolló a través de sucesivas 
mutaciones que afectaron a numerosas criaturas madre. No en todas 
ellas el "virus" consiguió sus objetivos aunque produjo numerosos 
animales de aspecto homínido. Solo a través de mutaciones efectuadas 
sobre mutaciones anteriores hizo posible que el modelo original 
apareciese con casi todas sus capacidades originales y eso gracias a 
la especial constitución climática y natural de nuestro mundo, muy 
prolífico en generar especies de todo tipo debido a su capacidad de 
cambiar sus campos de fuerza electromagnética que le rodean con 
frecuencia y a su proximidad al Sol. Pero, definitivamente, el hombre 
en la Tierra, no desciende del mono ni de ningún homínido, sino bien 
al contrario, numerosos homínidos son producto degenerado de la 
semilla-hombre original. Los "Aitones" observaron con atención su 
experimento genético y localizaron los lugares donde las simientes 
lograron desarrollarse más o menos siguiendo el modelo final: 

28 Observaron que en el globo llamado Eden, la simiente del hombre 
fructificó a partir de un árbol muy especial que sólo allí crecía= Era 
semejante a un roble o una encina -bien grande y frondosa-. El fruto 
de dicho árbol era de tamaño considerable y parecido en su aspecto 
externo a una granada más también tenía ciertas características 
recordando al higo. 

29 El fruto de dicho árbol fue capaz de acoger en su seno a la 
simiente de los Creadores. Después de un periodo de gestación, de 
aquel extraño árbol surgieron criaturas humanas de gran belleza físic= 
y con sus capacidades intelectuales anímicas bien desarrolladas. Esto 
suena a increíble. ¿Puede el hombre surgir de un árbol? Carl Sagan ya 
apuntó en COSMOS, una brillante serie de documentales, que el ADN de 
un hombre y el de un árbol (poniendo como ejemplo un centenario roble) 
eran prácticamente iguales en más de un 99%. El "virus-ADN hombre", 
consiguió lo que a nosotros nos parece imposible. Este "virus" penetro 
en las células procreadoras de un árbol -que para nosotros nos es 
desconocido- y consiguió procrearse en el interior de uno de sus 
frutos para después hacer surgir de él criaturas "animales". Estas 
eran hembras y machos y no hermafroditas como se ha creído por algunos 
investigadores. Además, estas criaturas recién nacidas no eran tal y 
como nosotros somos en la actualidad. El "virus-ADN hombre" tenía 
inscrito en su proceso de procreación varias etapas evolutivas previas 
que se ejecutaban en dos o tres generaciones de individuos. Es decir, 
en un primer proceso, el hombre contaba con un poderoso instinto de 
conservación y un amplio conocimiento intuitivo de todo aquello que 
precisaba hacer para nutrirse del medio que le rodeaba. La placenta 
que le rodeaba estaba repleta de un líquido muy nutritivo que le 
sirvió de primer alimento durante los primeros días de vida. Su 
capacidad sensitiva y locomotriz debió ser muy desarrollada casi desde 
el principio. El hombre original era cualitativamente superior a 
nosotros en muchos aspectos y eso es lo que nos lleva a afirmar en 
numerosas ocasiones de que el hombre en la Tierra, actualmente es 
como la sombra de lo que fue en el pasado; es un ser degenerado, 
convertido en un humanoide. Luego de conseguida la generación de 
hombres, el siguiente paso fue dotarlos de alma. Y estas almas son las 
de cada uno de los Aitones que decidieron tomar aquellos vehículos 
para experimentar la vida. Por eso afirmo que el hombre es artífice de 
sí mismo. Todos somos esos Ancestros Creadores que hemos decidido 
enfundarnos en un vehículo limitado en un Cosmos también limitado para 
experimentar las emociones de la vida: EL GRAN JUEGO AL QUE DECIDIMOS 
VOLVER A JUGAR. Y, a ese Juego no le impusimos regla alguna pero si 
una meta: conseguir volver a casa de nuevo. Todos estamos llamados a 
volver al hogar cósmico tarde o temprano. Los Eduen consiguieron 
descubrir el funcionamiento del juego y propusieron unas reglas para 
hacer que el juego evolucionase en un entorno de armonía, del bien 
común y del desarrollo de la inteligencia. Pero otros han decidido 
controlar el juego según unas reglas que buscan otros derroteros, 
siendo el más común el del provecho propio. Sea como sea, y juguemos 
como juguemos, todos somos los artífices de todo esto. Absurdo es, 
pues, que nos veamos de otro modo y perdamos el tiempo rezando a los 
dioses cuando esos dioses habitan dentro de cada uno de estos cuerpos 
que, tan a menudo, tomamos como la totalidad de nuestro yo, cuando en 
realidad no son más que un mero vehículo ocasional. Yo voy dentro de 
un coche, y este me transporta de un lado hacía otro. El que lo 
comanda soy yo, yo le digo a donde voy y cuido de él. Si yo no saliera 
nunca del coche, y nadie pudiese verme a través de las ventanillas y 
mi voz solo pudiera ser escuchada mediante un altavoz, la gente podría 
creer que es el coche el que habla y tiene vida. Ellos creerían 
finalmente que es el coche el que les habla y no yo que estoy dentro 
de él. Yo sé que no soy el coche, este solo es un vehículo que yo 
utilizo. De igual modo son nuestros cuerpos, en los cuales entramos al 
nacer y ya no salimos de ellos hasta que morimos. 

En resumen: somos los Creadores manifestados en carne y hueso… Y si 
los Creadores pueden ser considerados como Dioses es que nosotros 
también lo somos. Pero ¿quién creó a los Creadores?… Es una pregu=ta a 
la que, ni siquiera los propios Creadores han encontrado respuesta, 
aunque sí saben que más allá de la propia región de la 
no-manifestación existe todo un horizonte por explorar. Entonces 
tenemos un Creador Original más allá de los Creadores y luego estamos 
nosotros como semejantes encarnados en un senso-juego llamado vida. 
Este senso-juego tiene sus reglas y sus limitaciones y, sin duda fue 
obra de estos mismos Creadores (es decir nosotros). Es complicado 
entender esto si no nos situamos desde la perspectiva de los 
creadores. Ellos hicieron lo siguiente: el decorado donde se ha de 
desarrollar la acción, el inmobiliario con toda clase de elementos, 
plantas, animales, y los programas que conforman las Leyes 
Universales que rigen el Cosmos, ya estaban ahí fruto del Creador 
Original así que crearon a los personajes estelares que vivirían en 
esa inmensa Creación. Acabada la obra creativa se incorporaron en esos 
cuerpos para experimentar la vida ya que eso es lo que anhelaban. ¿Lo 
hicieron en todos las simientes-humanas que se desarrollaron en 
diferentes mundos? El Leendanik nos explica: 

46 Los Creadores del Hombre observaron con atención el resultado de su 
experimento genético con el fin de cualificar cual de aquellas tres 
razas de hombres era la que mejor se había desarrollado según el 
modelo del Hombre Original. 

47 Reconocieron que, de entre las tres, la más idónea para poder 
servir de vehículos a sus almas eran las desarrolladas en el Globo 
llamado Eden y ello por varias razones; de las cuales destacaron las 
de ser criaturas consideradas por ellos como muy bellas, poseer un 
vehículo cerebral, motriz y emocional bien desarrollado capaz de 
expresar las más altas cualidades y, por ser el modelo que más se 
acercaba al que ellos habían ideado en un principio. 

48 Tras un atento análisis concluyeron que los otros modelos 
desarrollados en el plano vital no habían salido todo lo bien que era 
de esperar y ello debido a ciertas mutaciones genéticas producidas por 
el medio ambiental en el cual se desenvolvían y el origen que les 
engendró, o sea la placenta en la que se desarrollaron. 

49 A causa de ello, observaron como en el modelo surgido en Ispanie, 
había desarrollado ciertos malos instintos subyacentes en las almas de 
los Creadores. Esto era algo que quiso evitarse pero, al parecer, bajo 
ciertas condiciones ambientales, se manifestó. 

50 Pues los Creadores, en su Seidad anímica poseían dos naturalezas 
diametralmente opuestas, morando en ellos dos personalidades: la de 
los malos instintos y la de los buenos y elevados sentimientos. Llama 
la atención en esta lectura el hecho de que en el seno de los 
Creadores existieran las dos naturalezas que dan origen a lo que 
conocemos como el bien y el mal. Hay que aclarar que aunque estas 
naturalezas están latentes no pueden manifestarse en planos elevados 
de existencia en los que, entre otras cosas, no pueden experimentarse 
ciertos "sentimientos" por llamarlos de algún modo. Es decir, 
difícilmente se puede codiciar en un plano donde todo se posee y donde 
no se experimenta la sensación contraria. No obstante si puede y, de 
hecho ocurrió, que alguno de los Creadores se sintiera más que el 
resto de sus semejantes, también creadores e idease un plan bastante 
maquiavélico para conseguir que estos le adorasen y le considerasen 
como el Creador Máximo. Desde luego, desde el plano de la 
no-manifestación cualquiera que hubiese pensado así habría conseguido 
como respuesta un eco unánime de todos los demás desde un sentimiento 
holístico. Así, al decirles: "Yo soy vuestro creador, adoradme" todos 
le contestarían: "Nos somos los Creadores, adorémonos". Es decir TODOS 
son UNO y por tanto el yo individualizado no tenía consciencia de ser. 
Pero ¿qué sucede en el plano físico? 

54 Y los Creadores tomaron posesión de aquellos vehículos físicos. 
Cada uno de ellos según su especial condición de manifestación. (…) 

55 Aquellas almas al introducirse en aquellos cuerpos olvidaban su 
origen siendo este un proceso traumático por el cual necesariamente 
debían pasar. Ello hizo que -tras tomar posesión de un cuerpo físico- 
no recordasen todo lo que aconteció cuando eran solo almas. Por ello 
no recordarían la causa de su existencia a menos que alguien se lo 
recordase o ellos se dieran cuenta por sí mismos. Nos dice el 
Leendanik que aquellas almas (la de los Creadores) olvidaban su 
origen. ¡Perfecto! Si es así, pueden ser engañadas desde ese plano 
existencial. Y eso es lo que sucedió, en especial con aquellas que 
encarnaron en vehículos no tan eficientes ni preparados como era el 
caso de los humanos de Ispanie y Nigeriazi. De este modo la oscura 
sombra que anidaba entre los Dioses Creadores comenzó a llevar a cabo 
su plan. Quizás todo esto ya estaba programado desde un principio, 
quien sabe, pero pronto algunas almas creadoras empezaron a darse 
cuenta de que algo no estaba yendo todo lo bien que era de esperar. Y 
es aquí donde comienza la labor del Señor de los Cielos, ese Dios al 
que tantas gentes piadosas le rezan y hasta le adoran aunque él nunca 
hubiese pedido tales muestras de sumisión. Los Dioses Creadores se 
recrearon en la vida en un acto de hedonismo puro. Querían que sus 
almas adorasen a sus espíritus de origen situados en el plano de lo 
no-manifiesto. Pero no todos deseaban esto y los que no pensaron así 
fueron de algún modo apartados (aunque en la Unicidad-Multiple no es 
posible tal cosa). El Señor de los Cielos es un Eduen (residente en el 
Mundo llamado Eden) que, poco a poco, va descubriendo los Principios 
que rigen el Universo y después recuerda con gran nitidez su origen 
como Dios Creador. Y no solo lo recuerda sino que es capaz de crear 
criaturas desde el plano de manifestación tridimensional. Se dice que 
su obra más perfecta es el caballo, pero creo otras muchas. Por su 
elevada sabiduría se le entronizo como Zar Supremo de los Eduen. Zar 
significa: anciano y es un apelativo que se aplica a los sabios. Está 
bien decir también que es el Sabio Supremo de la Humanidad Eduen y 
después de las otras humanidades fruto de la colonización y 
poblamiento de otros Mundos. Este Sabio junto con el Gran Consejo se 
dieron cuenta de que existía una confabulación entre los Dioses 
Creadores que es lo mismo que afirmar que las almas encarnadas tenían 
un conflicto entre sí mismas. En síntesis, un grupo numeroso de estas 
querían imponerse con su Egocentrismo sobre todas las demás, en tanto 
que otras buscaban la unión de todas y el servicio hacía el prójimo. 
La sociedad creada por los Eduen, que hoy se aplica a miles de globos 
celestes es una sociedad libre, cuya aspiración es el 
perfeccionamiento del ser humano y el desarrollo espiritual de su 
alma, que se fundamenta en la justicia y es regida por una jerarquía 
de sabios y de un modelo natural de grupos humanos que trabajan al 
unísono y se prestan abierta y desinteresada colaboración. La 
civilización Eduen tiene casi 400.000 años de existencia 
ininterrumpida. Sus avances tecnológicos, científicos y espirituales 
sobrepasan en decenas de miles de años a los de nuestras 
civilizaciones más avanzadas. Cuando los Eduen tomaron contacto con la 
materia en este nuestro Mundo, sus descendientes -ya nacidos en la 
Tierra- llamaron al Señor de los Cielos con el calificativo de Adios o 
Adius significando: "nuestra Inteligencia", de este término proviene 
el de Dios para los ladinos. También fue llamado Igo, Go, Io (el 
Elevado), Iobat (el Primero-Elevado), Goda (es el Elevado), etc…De 
este modo tenemos que existe un Principio Inteligente y Creador 
Original que nos es desconocido pero que podemos intuir. Después, 
afectando directamente a nuestra razón de ser y existir, tenemos a los 
Dioses Creadores que, en su plano constituyen una Unidad Múltiple 
Perfecta, por lo que podemos considerarlos como UNO y… por último 
tenemos al Señor de los Cielos, el cual ha sido capaz de crear y que 
ha sido considerado como otro Dios. 

Cuando expliqué esto por primera vez un señor me preguntó: -entonces 
¿a que Dios hemos de adorar?- Mi contestación fue rotunda, a ningún 
Dios hemos de adorar aunque si hemos de tenerles respeto a todos. 
Añadiré que, desde el lado del AMOR la adoración es un acto 
desinteresado y no impuesto que uno rinde sin más a todo lo creado. El 
Señor de los Cielos está en alerta constante contra la pérfida sombra 
que proviene de los Dioses Creadores y que amenaza la armonía y paz en 
la que viven los mundos de la Confederación Eduen. Ya hubo una Guerra 
en los Cielos a causa de ello y que fue la causa de la cuarentena que 
se le ha impuesto a la Tierra, pero esto forma parte de otra historia. 

Esta entrada fue publicada el Septiembre 12, 2008 en 5:08 pm y está 
archivado en General. Etiquetado: Alexander Eleazar, Génesis del 
Hombre. 

-*-

Extraído de un correo enviado por Red Iberoamericana de Luz

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Tienes alguna base científica para toda esa basura que dices?

Darío
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