Aseguran que la parte más importante del ADN humano no es "de este mundo" (el 97%)
Leendanik: una visión sobre el Génesis del Hombre
Esto que vais a leer a continuación es un texto sobre el origen del
Hombre escrito por Alman en base a las teorías del investigador de
origen sirio Alexander Eleazar, con quien tuvo la oportunidad de
trabajar. Leendanik es un conjunto de escritos que durante años Alman
ha ido recopilando de varias fuentes de información: la principal es
las charlas que he tenido con Eleazar en solitario y de otras dadas a
grupos reducidos, otras provenientes de las deducciones lógicas y del
razonamiento aplicado a todo el relato y la última (y para él muy
importante) la que de forma fluida ha ido recibiendo a través de
revelaciones internas. Eleazar, tres años antes de su muerte, pudo
leer un borrador de estos escritos ordenados cronológicamente a los
que Alman bautizó como Argidazkia.
Alexander Eleazar después de corregirlo se permitió ponerle el título
de "Desde el Principio" que es lo que significa Leendanik en lengua
Elengoa.
Es la primera vez que se publica esto y Alman se lo cede en exclusiva
a los lectores de Trinity a Tierra. Es posible que lo publique algún
día pero de momento, aquí podemos leer algo del contenido de esa obra
llamada "Leendanik" con las explicaciones que amplían su comprensión.
Como ya le he dicho, esto es un lujo para nosotros y le doy las
gracias a Alman desde aquí por ofrecernos en exclusiva este contenido.
Además de los múltiples relatos sobre el origen del hombre que
aparecen en las culturas tradicionales de todo el planeta Tierra, en
occidente han surgido varias teorías tales como la teoría creacionista
basada en lo reflejado en el Antiguo Testamento, la darwinista,
larmarquiana, mendeliana, el neodarwininismo y la síntesis evolutiva
moderna. Todas ellas giran, o bien entorno a la idea creacionista de
Adán y Eva, como fruto de la acción de Dios, o a la de Darwinismo con
adaptaciones y enmiendas propias a cada una, según la cual somos un
producto de la evolución en la Tierra de un eslabón perdido pariente
de los grandes simios. A mi no me convence ninguna las dos. Esta
visión que Alman nos ofrece aquí es bien distinta a las que conocemos,
pero contiene "algo". Hay que recordar que cada día sabemos de
sorprendentes descubrimientos en genética que ponen en tela de juicio
el mismo origen terrestre del ser genoma humano. Un reciente
descubrimiento de un grupo que trabaja en el Genoma Humano liderado
por el Dr. Chang asegura que el 97% de las secuencias no codificadas
del ADN humana es código genético de formas de vida extraterrestre y
aseguran que la parte más importante del ADN humano no es "de este
mundo" de manera que, como en tantas otras cosas, hay mucho que
desconocemos sobre nuestro origen. Se mire como se mire y en cualquier
caso, el relato que nos ofrece Alman es singular y su lectura muy
recomendable.
El Génesis del Hombre
Nosotros somos los artífices de nuestro destino y la vida solo es un
plano de manifestación donde hacemos realidad nuestras aspiraciones,
sean estas de la naturaleza que sean. Pero hemos de tener en cuenta en
añadir a este axioma otro que especifica que aquello que tiene mayor
fuerza arrastra hacía su centro de gravedad a lo más débil. Ello
significa, que si bien somos artífices de nuestro destino éste se
puede ver determinado por fuerzas superiores a nuestra voluntad. Una
fuerza o energía posee su propio foco de atracción, su centro de
gravedad. Para que esta energía crezca debe atraer hacía sí otros
núcleos de gravitación. Es así como nacen grandes centros de fuerza e=
el universo de las manifestaciones que generan poderosas líneas de
atracción y producen tendencias que determinan el destino de quienes
caigan dentro de su campo de energía. El alma del hombre tiene
libertad de acción que, no obstante, se ve condicionada por fuerzas
superiores. Por eso el libre albedrío es pero no puede aplicarse sino
desde una posición de fortaleza energética. El hombre, analizado bajo
su aspecto meramente físico es una sofisticada máquina biológica que
ejerce el propósito de vehículo para ser comandado por un ente
incorpóreo. Explicado de otra manera: el hombre, en su dimensión
física, es un vehículo de expresión de entidades no físicas. Creer =ue
el hombre es SOLO su cuerpo físico es tener una concepción miope y muy
limitada de la realidad. Por tanto: el cuerpo humano está comandado
por un espíritu transfísico. Reducir toda nuestra capacidad creativa e
inteligente al producto de meros procesos cerebrales no es acertado y
la ciencia ya empieza a vislumbrar que se necesita de la concepción
"espiritual" para poder explicar muchos de los procesos de nuestro
cerebro que hoy por hoy son incomprensibles. El hombre, como entidad
biológica, es una creación inteligente llevada a cabo por unos seres
que, en un momento determinado de su bagaje histórico, decidieron
hacerse presentes en el plano vital de existencia que comúnmente
conocemos como el Cosmos. No fue el hombre el único ente vivo que
crearon, desde luego dieron vida a numerosas especies antes de llegar
a lo que ellos declararon como su "obra más perfecta", que eligieron
para transmigrar sus almas. Pero antes de extendernos en explicar esto
con más detalle debemos relatar, aunque sea brevemente, quienes son
estos seres que crearon al hombre y cuales sus motivaciones. Voy a
citar el libro titulado Leendanik donde se expone todo esto. Recordaré
unas líneas:
3 También existía una estirpe de seres de gran inteligencia y alma
desarrollada. Su ciencia era excelente, inmensa. Vivían y se movían a
través del Cielo infinito.
4 Aquellos seres prosperaron en saber, riqueza y paz, empero, tenían
un aspecto que ellos consideraban horrible, deforme.
5 Esta deformidad física les molestaba sobremanera y se esforzaban en
encontrar el modo de transformar su aspecto y mejorarlo hasta alcanzar
la perfección.
6 Después de varios intentos comprobaron que, cogieran el aspecto que
escogieran, su imperfección seguía latente. Querían un cuerpo
incorruptible, inmortal, ajeno al dolor y a las necesidades… Anhelaban
liberarse de las cadenas impuestas por el espacio y el tiempo.
7 Así que, tras muchos intentos decidieron que la forma más perfecta
que podían asumir era la ausencia de cuerpo material tomando el estado
de Alma.
Se entiende que la forma física de estos seres era deforme y vamos a
explicar en que se fundamenta la misma. Los aspectos físicos que les
preocupaban eran varios y todos tenían que ver con una mayor
resistencia física, adaptabilidad al medio y, sobre todo una
longevidad que se acercase a la vida eterna, buscando la regeneración
constante de todas sus células y sistemas vitales. Este es el tipo de
"deformidad" a la que se refiere el texto y no a que sus cuerpos
sufriesen de otros tipos de taras. Sin embargo, su físico no era como
el humano y, a nuestros ojos, su aspecto sí que nos parecería deforme.
Es por esto, que el escritor utiliza con un doble sentido la palabra
"deformidad", aunque hay que dejar claro que esta se refiere a las
limitaciones de fuerza, resistencia, capacidades psíquicas y
longevidad y no al aspecto meramente físico. Para ellos, su aspecto
físico, aunque mejorable, era en esencia el aceptable. ¿Pero qué
aspecto físico tenían?… Pues estamos hablando de seres que existieron
hace varios millones de años atrás, pertenecientes a las primeras
oleadas de manifestación de la vida procesadas por el núcleo creador
de nuestra galaxia y por tanto, su aspecto nos recordará mucho a
algunas especies de reptiles que podemos ver en la actualidad y a la
de ciertos saurios hoy desaparecidos añadiendo otras características
que poseen otros animales no reptoides. Pero no dejemos volar nuestra
imaginación visualizando extrañas criaturas al estilo que nos tienen
acostumbrados los estudios de cine cuando nos representan a
monstruosos alienígenas. Decir que eran semejantes a los reptiles no
es tampoco una descripción acertada y, por lo tanto, a falta de un
ejemplo mejor solo podremos admitir que se parecían a ellos en
algunos de sus aspectos. A mi entender, el semblante físico de estos
seres se asemejaba a nuestros reptiles actuales pero ya no lo es en la
actualidad, aunque dejasen esa impronta en el desarrollo del ADN
humano como fundamento de los procesos más esenciales de supervivencia
de la nueva especie creada. En este núcleo "reptil" se procesan los
instintos básicos de conservación y de preservación de la especie as=ED
como los procesos de defensa y motrices. Cabe añadir que esta
característica no es exclusiva del hombre, sino que la poseen
numerosos animales también. Hoy se habla de la "conspiración
reptiliana" y de la invasión de la Tierra por una especie alienígena
de aspecto reptil que ha tomado como rehén al hombre y pretende
controlarlo en todos sus aspectos. Según estas hipótesis, hace miles
de años, nuestro ADN original fue manipulado para despojarnos de
numerosas cualidades y capacidades tanto físicas como psíquicas con el
fin de hacernos criaturas casi estúpidas y manejables para que, de
este modo, no opusiéramos resistencia ante la invasión de estos seres.
Según nuestro concepto de ver las cosas, y lo hacemos a la luz de lo
que nos explican algunos cronicones antiguos poco o casi nada
conocidos, el asunto puede expresarse de otro modo: el hombre es una
Creación de unos seres incorporales con el único cometido de
convertirse en vehículo de manifestación física de sus almas. Se hizo
lo más perfecto posible al inmenso conocimiento que poseían sus
Creadores pero, desde luego, no era la perfección total. El relato de
la creación del hombre explica que nuestros creadores idearon una
cápsula espermática capaz de manifestarse de un cosmos no físico a un=
físico. Esto se pudo llevar a cabo a través de una sofisticada
modulación de ondas de vibración que al traspasar los diferentes
planos de manifestación cósmica deberían replegarse sobre si mismas
encerrándose en una cápsula polígonal. Sólo de este modo la Energ=EDa
inmanente en el TODO puede convertirse en algo "tangible" en el cosmos
físico. La materia es, en último extremo una onda atrapada en un
circuito cerrado, en un círculo-contenedor cuyas paredes están hechas
de corrientes poligonales.
Seguimos con el relato del Leendanik:
8 Y eso es lo que hicieron todos. Abandonaron voluntariamente los
cuerpos quedándose con su aspecto Alma. Entonces con aquel vehículo
existencial ya no tenían que comer, ni hacer necesidades. No
envejecían, ni sentían dolor, ni cansancio.
9 Eran libres de todas las limitaciones que impone la posesión de un
cuerpo en la dimensión del espacio y del tiempo. Ya no necesitaban
reproducirse para preservar la especie, ni hacer el amor. Ahora eran
entes pensamiento, inteligencias libres.
10 Todos vivían en concordia y se comunicaban entre ellos mediante una
suerte de transmisión mental. Todos, en su multiplicidad formaban una
perfecta Unidad en la que se movían y pensaban al unísono. Se sentían
dichosos -en principio- por haberse liberado de sus envolturas
corporales.
"Y eso es lo que hicieron todos" significa y "eso es lo que hicieron
todos (los que lo hicieron)", es posible que un número indeterminado
de ellos decidiesen seguir otro camino y continuar en el plano de
manifestación de la vida. En cuyo caso "los Antiguos" o "los Aitones"
como nosotros coloquialmente les llamamos siguieron dos caminos de
evolución. Sin embargo, no queda claro donde fueron o qué región del
extenso firmamento habitan los que decidieron quedarse. Ni tan
siquiera se sabe que vicisitudes siguieron después. Pero lo más
importante es el hecho de que este remanente que decidió no partir a
la región de la no manifestación puede ser el nexo espiritual que nos
queda entre el origen primigenio y nuestra especie humana. El
remanente, al menos en el momento que ocurrieron estos
acontecimientos, no debió de ser muy elevado. Los textos antiguos
prefieren no hablar con demasiado detalle de todo esto, entendiendo
que "los Antiguos" están físicamente aquí, en algún lugar del Unive=so
y que tal vez nos observen con suma atención intuyendo que entre ellos
y nosotros hay un mismo espíritu que nos anima. Desde luego, la
mayoría decidieron desencarnar y dirigirse al Cosmos transfísico donde
gozarían de vida eterna y carecerían de necesidades y de sentimientos
de dolor. ¿Quién podría resistirse a tal estado de bienaventuranza?
Luego, se dieron cuenta de que la añoranza acechaba sus corazones y
empezaron a echar de menos la vida tal y como en otros tiempos la
habían conocido…
11 Más, con el transcurso del tiempo empezaron a sentirse deprimidos,
tristes, faltándole algo en sus existencias.
12 Pensaron meditadamente sobre la causa de su malestar. Y supieron
cual era el origen de sus males: les faltaba el amor, la unión entre
los sexos, el juego de la atracción y los sentimientos que se
producían en la búsqueda de ese amor. Pero también estaba la vida, co=
todas sus experiencias, esfuerzos, aventuras y el afán de superación.
13 Se dieron cuenta que, al despojarse de sus cuerpos físicos habían
renunciado a algo que -en aquel entonces- les pareció banal,
superfluo. Ahora, tras perderlo, les hacía sentirse incompletos,
vacíos.
14 Así que tras analizar la situación en búsqueda de una solución,
decidieron volver a tomar forma corporal. Pero antes debían pensar que
modelo material desarrollar y encontrar el modo de reproducir la nueva
especie de seres en los cuales tomar vida. Para volver a
incorporizarse podrían haber elegido a "los Antiguos" que quedaron en
la materia. Sin embargo, los consideraron "defectuosos" sin duda por
las vicisitudes que estos sufrieron después de las cuales tampoco
sabemos demasiado. Cabe la posibilidad de que se implicasen en la
"búsqueda de un cuerpo perfecto e incorruptible" y sus
experimentaciones les llevasen a sufrir daños fundamentales en su ADN
o tal vez consiguieron su propósito y emigrasen a otra parte del
inmenso Cosmos. Preferimos no hacer conjeturas al respecto a falta de
más información. La cuestión es que Ellos, los creadores del hombre
decidieron moldear una criatura acorde a sus pretensiones en la vida.
15 Hicieron varios ensayos y probaron diferentes configuraciones
energéticas hasta que diseñaron un modelo de vehículo existencial al
gusto y de acuerdo a sus necesidades. De esta manera idearon la imagen
del Hombre Original.
16 Y aquel fue comprimido en numerosas cápsulas de simiente-energía
con el vehículo espermático dotado del modelo de vida a desarrollar.
Luego, siguiendo el proceso de reproducción ideado se dispersaron
todas aquellas semillas por una de las regiones de la Creación
manifestada con el fin de que, introduciéndose en las matrices de
diferentes criaturas, tanto vegetales como animales, estas
consiguieran su germinación haciendo así prosperar el Modelo. Como he
dicho antes, el hombre no es la única criatura que idearon antes.
Previamente experimentaron con criaturas sencillas en principio, para
ir sofisticando las formas y las cualidades después. De sus muchos
experimentos también se produjeron engendros que finalmente fueron
destruidos. Cuando, finalmente habían acertado con el modelo, lo
cristalizaron en el Cosmos físico. Necesitaron crear una
cápsula-simiente que fuera capaz de parasitar en otros modos de vida
para poder reproducirse. Entonces, esa cápsula-simiente era
propiamente y tal y como lo conocemos ahora: un virus. Cuando se habla
de virus enseguida se piensa en algo "maligno" pero lo cierto es que
existen numerosas formas virales que no lo son ya que no destruyen a
la célula o ser parasitario sino que lo mutan o simplemente lo
utilizan en parte para reproducirse. Este "virus" debía conseguir su
objetivo mutando total o en parte a diferentes especies animales o
vegetales que sirviesen de receptáculo o placenta para la primera
inseminación.
21 Las semillas -cuando ello les fue posible- aprovecharon las
particulares estructuras biológicas y genéticas de los entes vivos en
los cuales se inseminaban intentando así desarrollar el Modelo del
Hombre Original. Estas cápsulas simientes que portaban el ADN del
hombre original viajaron a través de una extensa región de nuestra
galaxia para conseguir su objetivo. Al parecer consiguieron
reproducirse en diferentes mundos, pero en muchos de ellos apenas
pudieron subsistir, se degeneraron o sufrieron graves defectos en su
desarrollo. Al parecer, solo en tres mundos las semillas (androvirus)
del Hombre Original pudieron prosperar, siendo uno de ellos nuestra
Tierra. Por cierto, en nuestro mundo, el proceso fue muy variado y el
modelo del hombre original solo se desarrolló a través de sucesivas
mutaciones que afectaron a numerosas criaturas madre. No en todas
ellas el "virus" consiguió sus objetivos aunque produjo numerosos
animales de aspecto homínido. Solo a través de mutaciones efectuadas
sobre mutaciones anteriores hizo posible que el modelo original
apareciese con casi todas sus capacidades originales y eso gracias a
la especial constitución climática y natural de nuestro mundo, muy
prolífico en generar especies de todo tipo debido a su capacidad de
cambiar sus campos de fuerza electromagnética que le rodean con
frecuencia y a su proximidad al Sol. Pero, definitivamente, el hombre
en la Tierra, no desciende del mono ni de ningún homínido, sino bien
al contrario, numerosos homínidos son producto degenerado de la
semilla-hombre original. Los "Aitones" observaron con atención su
experimento genético y localizaron los lugares donde las simientes
lograron desarrollarse más o menos siguiendo el modelo final:
28 Observaron que en el globo llamado Eden, la simiente del hombre
fructificó a partir de un árbol muy especial que sólo allí crecía= Era
semejante a un roble o una encina -bien grande y frondosa-. El fruto
de dicho árbol era de tamaño considerable y parecido en su aspecto
externo a una granada más también tenía ciertas características
recordando al higo.
29 El fruto de dicho árbol fue capaz de acoger en su seno a la
simiente de los Creadores. Después de un periodo de gestación, de
aquel extraño árbol surgieron criaturas humanas de gran belleza físic=
y con sus capacidades intelectuales anímicas bien desarrolladas. Esto
suena a increíble. ¿Puede el hombre surgir de un árbol? Carl Sagan ya
apuntó en COSMOS, una brillante serie de documentales, que el ADN de
un hombre y el de un árbol (poniendo como ejemplo un centenario roble)
eran prácticamente iguales en más de un 99%. El "virus-ADN hombre",
consiguió lo que a nosotros nos parece imposible. Este "virus" penetro
en las células procreadoras de un árbol -que para nosotros nos es
desconocido- y consiguió procrearse en el interior de uno de sus
frutos para después hacer surgir de él criaturas "animales". Estas
eran hembras y machos y no hermafroditas como se ha creído por algunos
investigadores. Además, estas criaturas recién nacidas no eran tal y
como nosotros somos en la actualidad. El "virus-ADN hombre" tenía
inscrito en su proceso de procreación varias etapas evolutivas previas
que se ejecutaban en dos o tres generaciones de individuos. Es decir,
en un primer proceso, el hombre contaba con un poderoso instinto de
conservación y un amplio conocimiento intuitivo de todo aquello que
precisaba hacer para nutrirse del medio que le rodeaba. La placenta
que le rodeaba estaba repleta de un líquido muy nutritivo que le
sirvió de primer alimento durante los primeros días de vida. Su
capacidad sensitiva y locomotriz debió ser muy desarrollada casi desde
el principio. El hombre original era cualitativamente superior a
nosotros en muchos aspectos y eso es lo que nos lleva a afirmar en
numerosas ocasiones de que el hombre en la Tierra, actualmente es
como la sombra de lo que fue en el pasado; es un ser degenerado,
convertido en un humanoide. Luego de conseguida la generación de
hombres, el siguiente paso fue dotarlos de alma. Y estas almas son las
de cada uno de los Aitones que decidieron tomar aquellos vehículos
para experimentar la vida. Por eso afirmo que el hombre es artífice de
sí mismo. Todos somos esos Ancestros Creadores que hemos decidido
enfundarnos en un vehículo limitado en un Cosmos también limitado para
experimentar las emociones de la vida: EL GRAN JUEGO AL QUE DECIDIMOS
VOLVER A JUGAR. Y, a ese Juego no le impusimos regla alguna pero si
una meta: conseguir volver a casa de nuevo. Todos estamos llamados a
volver al hogar cósmico tarde o temprano. Los Eduen consiguieron
descubrir el funcionamiento del juego y propusieron unas reglas para
hacer que el juego evolucionase en un entorno de armonía, del bien
común y del desarrollo de la inteligencia. Pero otros han decidido
controlar el juego según unas reglas que buscan otros derroteros,
siendo el más común el del provecho propio. Sea como sea, y juguemos
como juguemos, todos somos los artífices de todo esto. Absurdo es,
pues, que nos veamos de otro modo y perdamos el tiempo rezando a los
dioses cuando esos dioses habitan dentro de cada uno de estos cuerpos
que, tan a menudo, tomamos como la totalidad de nuestro yo, cuando en
realidad no son más que un mero vehículo ocasional. Yo voy dentro de
un coche, y este me transporta de un lado hacía otro. El que lo
comanda soy yo, yo le digo a donde voy y cuido de él. Si yo no saliera
nunca del coche, y nadie pudiese verme a través de las ventanillas y
mi voz solo pudiera ser escuchada mediante un altavoz, la gente podría
creer que es el coche el que habla y tiene vida. Ellos creerían
finalmente que es el coche el que les habla y no yo que estoy dentro
de él. Yo sé que no soy el coche, este solo es un vehículo que yo
utilizo. De igual modo son nuestros cuerpos, en los cuales entramos al
nacer y ya no salimos de ellos hasta que morimos.
En resumen: somos los Creadores manifestados en carne y hueso… Y si
los Creadores pueden ser considerados como Dioses es que nosotros
también lo somos. Pero ¿quién creó a los Creadores?… Es una pregu=ta a
la que, ni siquiera los propios Creadores han encontrado respuesta,
aunque sí saben que más allá de la propia región de la
no-manifestación existe todo un horizonte por explorar. Entonces
tenemos un Creador Original más allá de los Creadores y luego estamos
nosotros como semejantes encarnados en un senso-juego llamado vida.
Este senso-juego tiene sus reglas y sus limitaciones y, sin duda fue
obra de estos mismos Creadores (es decir nosotros). Es complicado
entender esto si no nos situamos desde la perspectiva de los
creadores. Ellos hicieron lo siguiente: el decorado donde se ha de
desarrollar la acción, el inmobiliario con toda clase de elementos,
plantas, animales, y los programas que conforman las Leyes
Universales que rigen el Cosmos, ya estaban ahí fruto del Creador
Original así que crearon a los personajes estelares que vivirían en
esa inmensa Creación. Acabada la obra creativa se incorporaron en esos
cuerpos para experimentar la vida ya que eso es lo que anhelaban. ¿Lo
hicieron en todos las simientes-humanas que se desarrollaron en
diferentes mundos? El Leendanik nos explica:
46 Los Creadores del Hombre observaron con atención el resultado de su
experimento genético con el fin de cualificar cual de aquellas tres
razas de hombres era la que mejor se había desarrollado según el
modelo del Hombre Original.
47 Reconocieron que, de entre las tres, la más idónea para poder
servir de vehículos a sus almas eran las desarrolladas en el Globo
llamado Eden y ello por varias razones; de las cuales destacaron las
de ser criaturas consideradas por ellos como muy bellas, poseer un
vehículo cerebral, motriz y emocional bien desarrollado capaz de
expresar las más altas cualidades y, por ser el modelo que más se
acercaba al que ellos habían ideado en un principio.
48 Tras un atento análisis concluyeron que los otros modelos
desarrollados en el plano vital no habían salido todo lo bien que era
de esperar y ello debido a ciertas mutaciones genéticas producidas por
el medio ambiental en el cual se desenvolvían y el origen que les
engendró, o sea la placenta en la que se desarrollaron.
49 A causa de ello, observaron como en el modelo surgido en Ispanie,
había desarrollado ciertos malos instintos subyacentes en las almas de
los Creadores. Esto era algo que quiso evitarse pero, al parecer, bajo
ciertas condiciones ambientales, se manifestó.
50 Pues los Creadores, en su Seidad anímica poseían dos naturalezas
diametralmente opuestas, morando en ellos dos personalidades: la de
los malos instintos y la de los buenos y elevados sentimientos. Llama
la atención en esta lectura el hecho de que en el seno de los
Creadores existieran las dos naturalezas que dan origen a lo que
conocemos como el bien y el mal. Hay que aclarar que aunque estas
naturalezas están latentes no pueden manifestarse en planos elevados
de existencia en los que, entre otras cosas, no pueden experimentarse
ciertos "sentimientos" por llamarlos de algún modo. Es decir,
difícilmente se puede codiciar en un plano donde todo se posee y donde
no se experimenta la sensación contraria. No obstante si puede y, de
hecho ocurrió, que alguno de los Creadores se sintiera más que el
resto de sus semejantes, también creadores e idease un plan bastante
maquiavélico para conseguir que estos le adorasen y le considerasen
como el Creador Máximo. Desde luego, desde el plano de la
no-manifestación cualquiera que hubiese pensado así habría conseguido
como respuesta un eco unánime de todos los demás desde un sentimiento
holístico. Así, al decirles: "Yo soy vuestro creador, adoradme" todos
le contestarían: "Nos somos los Creadores, adorémonos". Es decir TODOS
son UNO y por tanto el yo individualizado no tenía consciencia de ser.
Pero ¿qué sucede en el plano físico?
54 Y los Creadores tomaron posesión de aquellos vehículos físicos.
Cada uno de ellos según su especial condición de manifestación. (…)
55 Aquellas almas al introducirse en aquellos cuerpos olvidaban su
origen siendo este un proceso traumático por el cual necesariamente
debían pasar. Ello hizo que -tras tomar posesión de un cuerpo físico-
no recordasen todo lo que aconteció cuando eran solo almas. Por ello
no recordarían la causa de su existencia a menos que alguien se lo
recordase o ellos se dieran cuenta por sí mismos. Nos dice el
Leendanik que aquellas almas (la de los Creadores) olvidaban su
origen. ¡Perfecto! Si es así, pueden ser engañadas desde ese plano
existencial. Y eso es lo que sucedió, en especial con aquellas que
encarnaron en vehículos no tan eficientes ni preparados como era el
caso de los humanos de Ispanie y Nigeriazi. De este modo la oscura
sombra que anidaba entre los Dioses Creadores comenzó a llevar a cabo
su plan. Quizás todo esto ya estaba programado desde un principio,
quien sabe, pero pronto algunas almas creadoras empezaron a darse
cuenta de que algo no estaba yendo todo lo bien que era de esperar. Y
es aquí donde comienza la labor del Señor de los Cielos, ese Dios al
que tantas gentes piadosas le rezan y hasta le adoran aunque él nunca
hubiese pedido tales muestras de sumisión. Los Dioses Creadores se
recrearon en la vida en un acto de hedonismo puro. Querían que sus
almas adorasen a sus espíritus de origen situados en el plano de lo
no-manifiesto. Pero no todos deseaban esto y los que no pensaron así
fueron de algún modo apartados (aunque en la Unicidad-Multiple no es
posible tal cosa). El Señor de los Cielos es un Eduen (residente en el
Mundo llamado Eden) que, poco a poco, va descubriendo los Principios
que rigen el Universo y después recuerda con gran nitidez su origen
como Dios Creador. Y no solo lo recuerda sino que es capaz de crear
criaturas desde el plano de manifestación tridimensional. Se dice que
su obra más perfecta es el caballo, pero creo otras muchas. Por su
elevada sabiduría se le entronizo como Zar Supremo de los Eduen. Zar
significa: anciano y es un apelativo que se aplica a los sabios. Está
bien decir también que es el Sabio Supremo de la Humanidad Eduen y
después de las otras humanidades fruto de la colonización y
poblamiento de otros Mundos. Este Sabio junto con el Gran Consejo se
dieron cuenta de que existía una confabulación entre los Dioses
Creadores que es lo mismo que afirmar que las almas encarnadas tenían
un conflicto entre sí mismas. En síntesis, un grupo numeroso de estas
querían imponerse con su Egocentrismo sobre todas las demás, en tanto
que otras buscaban la unión de todas y el servicio hacía el prójimo.
La sociedad creada por los Eduen, que hoy se aplica a miles de globos
celestes es una sociedad libre, cuya aspiración es el
perfeccionamiento del ser humano y el desarrollo espiritual de su
alma, que se fundamenta en la justicia y es regida por una jerarquía
de sabios y de un modelo natural de grupos humanos que trabajan al
unísono y se prestan abierta y desinteresada colaboración. La
civilización Eduen tiene casi 400.000 años de existencia
ininterrumpida. Sus avances tecnológicos, científicos y espirituales
sobrepasan en decenas de miles de años a los de nuestras
civilizaciones más avanzadas. Cuando los Eduen tomaron contacto con la
materia en este nuestro Mundo, sus descendientes -ya nacidos en la
Tierra- llamaron al Señor de los Cielos con el calificativo de Adios o
Adius significando: "nuestra Inteligencia", de este término proviene
el de Dios para los ladinos. También fue llamado Igo, Go, Io (el
Elevado), Iobat (el Primero-Elevado), Goda (es el Elevado), etc…De
este modo tenemos que existe un Principio Inteligente y Creador
Original que nos es desconocido pero que podemos intuir. Después,
afectando directamente a nuestra razón de ser y existir, tenemos a los
Dioses Creadores que, en su plano constituyen una Unidad Múltiple
Perfecta, por lo que podemos considerarlos como UNO y… por último
tenemos al Señor de los Cielos, el cual ha sido capaz de crear y que
ha sido considerado como otro Dios.
Cuando expliqué esto por primera vez un señor me preguntó: -entonces
¿a que Dios hemos de adorar?- Mi contestación fue rotunda, a ningún
Dios hemos de adorar aunque si hemos de tenerles respeto a todos.
Añadiré que, desde el lado del AMOR la adoración es un acto
desinteresado y no impuesto que uno rinde sin más a todo lo creado. El
Señor de los Cielos está en alerta constante contra la pérfida sombra
que proviene de los Dioses Creadores y que amenaza la armonía y paz en
la que viven los mundos de la Confederación Eduen. Ya hubo una Guerra
en los Cielos a causa de ello y que fue la causa de la cuarentena que
se le ha impuesto a la Tierra, pero esto forma parte de otra historia.
Esta entrada fue publicada el Septiembre 12, 2008 en 5:08 pm y está
archivado en General. Etiquetado: Alexander Eleazar, Génesis del
Hombre.
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Extraído de un correo enviado por Red Iberoamericana de Luz
1 comentario:
¿Tienes alguna base científica para toda esa basura que dices?
Darío
dariogcq@hotmail.com
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